Al caer la noche, el cielo se vuelve brumoso dejando entrever la luz roja del molino por la ventana. Suenan los cuernos y el espíritu de celebración llega a la ciudad. Frente a su espejo, se está arreglando y maquillándose. Es hora de que la belleza suba al escenario. Se dirige hacia su armario, inspirada en ese esmoquin que realzará las líneas de su cuerpo. Es el glamour parisino, lo sabe bien. Su estilo bohemio y energía erótica deja huellas imborrables en las calles. Ella es Pigalle, hermosa y misteriosa …