Llega un día en que una casa de perfumes debe enfrentarse a un ejercicio de estilo imprescindible: la colonia. La colonia tenía que ser una colonia hermosa, simple y grandiosa que no tenga miedo de decir su nombre y se esfuerce humildemente por ser parte de una tradición. Se necesita mucho trabajo para lograr la simplicidad. Muchas pistas falsas para encontrar el camino correcto. Y de repente, la Colonia está ahí. Una colonia que huele bien. Un aroma rico y elegante.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.